Derechos humanos para humanos derechos
Por Diego Garro Charpentier
En
los días pasados se ha hablado mucho de los derechos humanos debido a un
nombramiento que causo polémica en el país. Los medios han hecho una fiesta de
reclamos y juicios, muchas veces sin fundamentos validos. Causar revuelo y
criticar es el pan de cada día de los noticieros nacionales. Debido a las
declaraciones de la persona en el centro de la polémica, el tema del matrimonio
homosexual es el que mas se ha oído. Aun así que el tema se ha concentrado un
poco, aquí escribiré mis pensamientos acerca del tema de los derechos humanos a
nivel general.
Los
derechos humanos son aquellos privilegios que las personas nos hemos GANADO al
vivir en sociedad y comunión. Respetando las leyes lógicas, sabias e innegables
que la naturaleza tiene. El bienestar,
sobrevivencia de la especie y un futuro mejor son los objetivos simple y nobles
de dichas leyes. En principio se supone que todas las personas deberían
obedecer las reglas fijadas por Dios, pero los seres humanos tienden a retar
este orden establecido para tentar al destino.
Obviamente
al quebrar las reglas, las consecuencias son negativas. La avaricia trae
envidia, la envidia trae celos, los celos traen rencor y deseo de lo ajeno. El deseo de lo ajeno lleva
al odio y el robo; consecuentemente a la violencia y a la muerte. La falta de
valores cristianos trae problemas como la drogadicción, que seguidamente también provoca la prostitución
y desinhibición moral. Esta última acarrea todos los males de la humanidad,
pues es la encarnación de los antivalores, responsables entre muchas otras
cosas, de la homosexualidad y el libertinaje tan extremo que achaca a nuestra
sociedad.
Analicemos
los derechos que se le podrían dar a alguien que roba. Por el principio de que
se recibe lo que se gana, estas personas han perdido el privilegio de contar
con la confianza de la sociedad. Ser apartados de la mayoría sería una opción
muy lógica a tomar por la gente. El derecho a ciertas posesiones como propiedad
privada debe de serles anulado ya que ellos afectaron el derecho a lo propio de
otras personas. Si quieren optar a un futuro trabajo en la sociedad, los
empleadores deberían de poder excluirlos de los puestos donde se este a cargo
de dinero o bienes materiales que se puedan robar; en cambio, deberían de
segregarlos a trabajos manuales donde el riesgo de robarle al patrón sea mínimo.
A
los violadores se les debería anular el derecho a la privacidad, pues ellos han
ultrajado la intimidad de otros. Al mismo tiempo, se les debe tratar como
personas indignas, pues ellos fueron capaces de disminuir la dignidad de sus
victimas. También no tendrán derecho a reclamar si se les maltrata, pues con
violencia y fuerza obligaron a otros a hacer lo que no querían. Golpear a un
violador no es en contra de los derechos humanos, es hacer justicia y
devolverle lo que se ganó. La humillación estará presente en sus vidas por
siempre.
A
los corruptos deberían de quitarles toda la confianza posible. La palabra y
opinión de ellos no vale nada pues ya demostraron que se aprovechan de la misma
para beneficiarse ellos mismos y afectar a los demás. Es una actitud egoísta e
individualista que no calza con las reglas de supervivencia grupal necesarias
para una sociedad sana. La responsabilidad de un pueblo no se le puede dar a un
solitario, si no mas bien a aquel que este dispuesto a dar un poco de si mismo
por su gente.
A
los homosexuales se les tienen que reprimir bastantes derechos. La actitud que
tienen hacia la vida es más que pobre. Están corrompiendo una de las reglas más
importantes en una especie que quiere seguir existiendo: la reproducción. En la
naturaleza existen los hombres/machos y las mujeres/hembras, ambos destinados a
procrear para asegurar la continuidad de su linaje. Romper este vínculo es ya
en sí preocupante por atentar contra el futuro de la humanidad, pero corromper
esta lógica y mezclar a personas del mismo género es simplemente inconcebible y
atroz. Esta actividad es causa del libertinaje sexual cada vez más presente en
la sociedad, debilitándola desde sus mismísimos cimientos. Se les debe prohibir
manifestar públicamente sus acciones antinaturales, pues contaminan a los puros
de pensamiento, como lo son los niños, con sus actos enfermos que se pueden
expandir como un virus en las mentes de los de alma inocente. JAMAS se les
podrá permitir que legalicen una unión tan depravada, donde se oficialice y
acepte abiertamente un comportamiento que va en contra de la sensatez. Sería
simplemente desalmado ver que un niño/a crezca en un hogar con dos papás o dos
mamás, que vaya a pensar que es algo muy normal y siga el ejemplo en su
adultez.
A
los homicidas no se les debería dar un solo derecho humano. Ellos son los que
privan del derecho mas sagrado que tenemos como personas, el derecho a vivir. Nunca
una sociedad estará completamente tranquila sabiendo que todavía respira un
inútil que ha atentado contra la vida de alguien y que atenta contra sus vidas,
ya sea en la cárcel o en libertad. Simplemente no hay campo para parásitos a
los cuales no les importa la vida de los demás.
Podrá
sonar, para algunos, un tanto cruel y extremo las ideas expresadas, pero hay
que analizar que el sistema de derechos humanos para todos, irónicamente
también incluyendo los que los incumplen, no ha logrado solucionar
absolutamente nada. Se amparan en que van a ser tratados bien entonces hacen
sus maldades sin temor, mientras los que vivimos a derecho sufrimos sin poder
hacer poca cosa. No es algo de tomar venganza, no. Es sencillamente de cultivar
lo que se siembra, una sociedad que premia o castiga según nuestros actos; es
sencillamente JUSTICIA.
Así que una vez mas vuelvo a repetir el título de este artículo, DERECHOS HUMANOS PARA HUMANOS DERECHOS.