El Programa Combate
Por Anónimo
Tristeza, risa y vergüenza ajena. Eso es lo que nos entrega
ese patético programa de la TV nacional llamado Combate…
¿ Cual es el país mas grande de Sudamérica? Respuesta :
África
¿Sobre que país cayeron las bombas atómicas durante la
segunda guerra mundial?
Respuesta : sobre Costa Rica
¿En que país de Egipto se encuentra la gran pirámide de
Machu Pichu?
Respuesta: En Italia
¿ A que Escuela pictórica pertenecieron Leonardo de Vinci,
Rafael y Miguel Ángel?
Respuesta: a la Escuela Normal Superior
¿Cómo se llama el río mas largo del mundo?
Respuesta: El Tempisque
¿Quién escribió El Quijote?
Respuesta: Carmen Lyra
¿Quién descubrió el radio?
Respuesta : Hanna Montana
Estas respuestas, son la respuesta a la pregunta: ¿de que ha
servido carecer de ejercito y destinar los fondos del estado a la supuesta
Educación? . Como podemos ver, no tenemos un ejercito armado, pero si un
ejercito de energúmenos ignorantes e ignorantas, que cada día engrosan las
filas del oscurantismo mas espantoso. Y ojo, mucho cuidado, un ejercito de
idiotas es un millón de veces mas peligroso que unas fuerzas armadas profesionales.
Hablamos de un país como Costa Rica que aun se jacta
estupidamente del paradigma de, (tener mas maestros que soldados) pero en
realidad lo que nuestra sociedad ha cosechado desde que se abolió el ejercito y
el dinero de esta institución se destino, creámoslo, al sector Educativo, es un
verdadero ejercito de idiotas. No es necesario señalar que la ignorancia es el
caldo de cultivo de todo tipo de delincuencia y desgracia social. La ignorancia
es una verdadera tragedia humana, si se quiere, la peor de todas. Como tragedia
es también ese programita Combate: resultado evidente de todo lo torcido,
decadente, pobre y equivocado que es este sistema totalitario de valores
horizontales en el que vivimos desde hace mas sesenta años y, que hoy alcanza
su repugnante madurez El programa Combate es una muestra evidente de la
ausencia de cultura básica de esta triste juventud actual. Lo tenebroso es que,
para un país como Costa Rica que tiene mas maestros que soldados y mas violines que tractores, no hay
excusa ni justificación, para semejante barbarie. Una barbarie de la que parece
hacer gala el mencionado espacio televisivo, protagonizado exclusivamente por
burros y para burros. Combate es ya de por si, un espacio carente de toda
originalidad, sentido y gracia. Además de ser, sin lugar a dudas, una mala
copia de alguna basura foránea similar; es decir, ni siquiera la estupidez
argumental es genuina.
Al ver a esos pobres diablos juveniles que solo sirven de
burla uno no puede menos que hacer a un lado la vergüenza ajena por lo patético
de sus respuestas y, por un momento sentir verdadera pena por estos animalotes
circenses. Tristeza al imaginarse a los padres de estos mentecatos,
probablemente tan ignorantes como sus hijos. Tristeza porque la mayoría de
estos muchachos son costarricenses. Vergüenza porque somos el hazmerreír en el
extranjero. Miedo porque el futuro de este país, (si es que lo tiene) estará en
manos de esto descerebrados; e impotencia porque por mas que se insista, las
cosas seguirán igual de peor, en la creencia errónea de la mayoría de que las
cosas están mejorando.
La paradoja de esta situación, como en toda democracia, es
quien tiene la culpa: pues nadie. Resulta que si preguntamos a los productores
de semejantes mamarrachos, estos nos dirán que el publico exige mas de lo mismo
y, así se lavan las manos. Por otro lado
si la masa se comporta y consume estas basuras, es porque los medios se las
proporcionan. De este modo se establece un circulo vicioso que viene
arrastrando a las sociedades al despeñadero en el que se encuentran. Además
recordemos que en una democracia, nada es responsabilidad de nadie, y no existe
un ejecutor directo, tampoco hay un rostro definido al cual achacar los
crímenes. En una democracia nada es de nadie y a nadie le importa nada, el
enemigo somos todos y nadie a la vez. Al menos en los regimenes totalitarios
siempre hay un rostro que carga las culpas, un villano y unos cómplices a los
que se puede juzgar, fusilar, quemar y ridiculizar eternamente. Pero nosotros
no tenemos ese consuelo; el totalitarismo democrático que nos reprime, no tiene
un rostro barbado o unos galones en los hombros que nos permitan volcar todo el
odio y la frustración.
Claro que los quintacolumnistas de siempre dirán los mismo:
de todo los males, el menos peor. Yo pregunto: ¿qué será lo peor? Un enemigo
identificable o, un monstruo invisible que carcome y mata lentamente la
resistencia y el alma de los pueblos desde adentro.
Allí esta el Programa Combate como muestra tangible de esta
enfermedad social llamada democracia. Esta nos garantiza, eso si, el derecho
inalienable de ser todos iguales en la ignorancia.